Antonio López, uno de los grandes pintores del realismo mágico español nos presenta en esta oportunidad uno de sus temas favoritos, un fragmento de la naturaleza. El pintor español declara que "El tema del bodegón en la naturaleza siempre me interesó, aunque muy ligado a la ciudad. Me gusta el paisaje urbano, la naturaleza transformada por la mano del hombre”. En este caso, nos comparte una visión acotada de lo que el artista vivía en aquel momento particular.
Como se puede apreciar en la película "El Sol del Membrillo" dirigida por Víctor Erice, trabajar con la naturaleza no solamente le supone al artista un extenso trabajo de preparación, sino que a la hora de pintar, el artista realmente tiene poco control sobre el conjunto de elementos que ha seleccionado ya que la naturaleza está en constante cambio. La luz va cambiando, la posición de los brillos que realzan sobre las frutas y el mismo color de estas varían con el correr de las horas. El artista incluso confiesa en una entrevista que: “En el lienzo no tenía el control que tienes en un estudio. Cuando trabajas en un árbol o en una flor el límite te lo marca la luz y el propio tema. Membrillero expresa sentimientos básicos de mi pintura y mi verdad”.
Este cuadro es una de las pocas obras del artista que está cubierta por completo, ya que en su mayoría quedan incompletos y, en el caso particular de los membrillos, suelen ser simples contornos dibujados. En un análisis realizado acerca de la película comentada previamente el autor pronuncia que: "En este sentido el membrillero metaforiza al propio pintor y su tarea de creativa: "El cuadro es un fruto cuyo árbol es la vida del pintor." (Saborit, 2003, p. 101)
Como se puede apreciar en la película "El Sol del Membrillo" dirigida por Víctor Erice, trabajar con la naturaleza no solamente le supone al artista un extenso trabajo de preparación, sino que a la hora de pintar, el artista realmente tiene poco control sobre el conjunto de elementos que ha seleccionado ya que la naturaleza está en constante cambio. La luz va cambiando, la posición de los brillos que realzan sobre las frutas y el mismo color de estas varían con el correr de las horas. El artista incluso confiesa en una entrevista que: “En el lienzo no tenía el control que tienes en un estudio. Cuando trabajas en un árbol o en una flor el límite te lo marca la luz y el propio tema. Membrillero expresa sentimientos básicos de mi pintura y mi verdad”.
Bibliografía
Saborit, J. (2003). El sol del membrillo: Víctor Erice. Valencia: Nau Libres
Imágenes
Saborit, J. (2003). El sol del membrillo: Víctor Erice. Valencia: Nau Libres
Imágenes
López, Membrillero, 1961, Colección Privada.
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